martes, 22 de noviembre de 2011

TÉCNICAS | La técnica del oso Arturo



Esta técnica de solución de problemas se utiliza con niños desde edades muy tempranas. Sólo es necesario que sepan expresarse verbalmente con cierta fluidez. El oso Arturo presenta en cuatro pasos, representados con dibujos, la manera de solucionar los problemas. También se puede utilizar el personaje preferido de dibujos animados del niño, su héroe o su peluche favorito, y dibujarlo en las cuatro actitudes en que aparece el oso Arturo.

Lo primero es saber cuál es el problema que se le plantea al oso Arutro, qué es lo que quiere cambiar y solucionar. Es decir, hay que orientar la atención del niño hacia la definición del problema.

Tengo un problema 
Para ello es preciso observar y reunir información acerca de la situación. Si los padres se toman unos minutos para observar la situación, podrán evaluar si su hijo es capaz de resolver el problema por sí mismo o sencillamente detectar dónde está la mayor dificultad del proceso para el pequeño, y averiguarán las maneras de ayudarle.
Haciendo preguntas acerca de la situación podrán guiarle en la identificación del problema. Hay que tener paciencia, ya que se lleva tiempo implicar a los niños en el proceso.

¿Cómo solucionarlo?
Cuando el niño sea consciente del problema, se le pedirá que ponga las soluciones que se le ocurran. En este paso cualquier sugerencia es válida.

No se debe juzgar si es disparatada o no: se trata de su soluciones. Disponer de distintas alternativas aumenta la cantidad de tiempo que ocupará en la tarea y le permite enfrentarse a la frustración en caso de que la primera opción fracase.

Para que elija una solución hay que preguntarle cuál de las propuestas le gusta más y por qué. Es muy importante no imponer ninguna: el niño tiene derecho a equivocarse en su elección. Los padres no deben olvidar que son meros guías en el aprendizaje de este proceso, no un manual de instrucciones para dar con la solución perfecta.
Se puede escribir en un papel las opciones que el niño ha contemplado para señalar la que ha elegido.

Las primeras veces que se lleve a cabo este proceso, si el niño lo pide, se le puede ayudar a proponer soluciones a elegir entre ellas. Los niños menores de cinco años con frecuencia responden positivamente cuando consideran sólo dos alternativas. Los mayores de cinco años pueden contemplar más posibilidades.

El éxito depende de:

  • El tiempo que los niños pueden discutir y concentrarse en un problema. A menor edad, menor tiempo de atención (un minuto por año, aproximadamente).
  • Hasta qué punto son capaces de seguir una conversación.
  • En qué punto se encuentran del desarrollo del lenguaje, la atención y la memoria. 
  • Su grado de paciencia. 

Una vez que el niño ha seleccionado una solución que le parece aceptable, tiene que contestar a la pregunta que hace el oso Arturo: "¿Cómo puedo hacerlo?". Es decir, debe establecer un plan, una estrategia, y definir los pasos necesarios para llevar a cabo la solución elegida con éxito.

Estoy aplicando mi plan 
A continuación el niño tiene que poner en marcha su plan sin saltarse nungún paso. Se le pedirá que diga en voz alta lo que va haciendo. En este caso hay que conseguir que el niño se dé cuenta de que está aplicando el plan elegido. Los padres deben asegurarse de que cumpla los pasos propuestos sin saltarse ninguno. Cuando los niños llevan a cabo su solución, se hacen cargo del problema.

¿Cómo lo he hecho?
Finalmente el niño tiene que aprender a evaluar cómo ha hecho la tarea. Si la respuesta se reduce a bien, mal o regular se le debe preguntar el porqué. No hay que dejar que atribuya sus éxitos a agentes externos como la casualidad o la suerte.

Tiene que entender que él ha sido el protagonista de todo el proceso, y su actuación y su esfuerzo son los factores que le han reportado el éxito. En caso de no conseguir el resultado esperado debemos evaluar el proceso y ver dónde se ha equivocado el niño, si ha sido al elegir la posible solución o al ejecutar el plan para llevarla a cabo. Localizado el error, iniciaríamos desde ese punto el trabajo con el pequeño.

Es importante poner las láminas en un sitio visible de la habitación del niño e instarle a que utilice al oso Arturo cuando se le presente un problema. Antes de decidirse a utilizar esta téncia hay que tener en cuenta que la resolución de problemas lleva tiempo, paciencia, energía y habilidad. El éxito depende del compromiso de los padres para usarla cuando se presenten problemas.
El esfuerzo se verá recompensado cuando el niño adquiera la habilidad para resolver los problemas. Aumentará la confianza en sus capacidades y se hará mas responsable de las consecuencias que traen sus decisiones para los demás y para sí mismo.

FUENTE | Manual de Supernnany, 2007

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