lunes, 10 de junio de 2013

ARTÍCULO | Manifestaciones agresivas inherentes al desarrollo del niño


En la tabla que se adjunta en este artículo se resumen las conductas agresivas normales en el desarrollo del niño. A los padres y maestros os tranquilizará saber que todos los niños pasan por ellas; de hecho, que no lo hagan debería ser motivo de preocupación.

Edad
Motivo de la conducta agresiva
Manifestación agresiva
Objetivo
0-1
No satisfacción de sus necesidades (sueño, hambre, aburrimiento, necesidad de contacto físico, dolor, etc.)
Lloro.
Reducir la tensión.
2-3
Conflictos con la autoridad (“edad del no” y del “yo solo”). Aparición de los celos y la envidia.
Rabieta.
Autonomía.
4-5
Frustración.
Desobediencia. Rabietas menos intensas dirigidas principalmente a padres y hermanos. Peleas.
Integración de la norma.
6-7
Rebeldía contar la norma (comienza a asimilar las normas morales)
Los niños se pelean físicamente; las niñas, verbalmente. Desplazamiento de la ira hacia un hermano o chivo expiatorio. Fuerte sentimiento de competencia.
Adaptación social y control de los sentimientos.
7-14
Fuerte sentimiento de justicia. Defensa de derechos, desde su perspectiva. Búsqueda de identificación con el grupo y diferenciación de los padres.
Aparente rechazo a lo familiar. Estallidos de ira.
Autocontrol, empatía y autoestima.


Las alteraciones de comportamiento hostiles en el niño forman parte de su desarrollo, y se pueden considerar normales. Cuanto más pequeño es, más enérgicamente pide lo que necesita o rechaza lo que le molesta como reacción contra todo lo que suponga frustración o restricción.

Que forme parte de su desarrollo no quiere decir que haya que esperar a que crezca para que se le pase, sino todo lo contrario: en la mayoría de los casos será la intervención de los padres la que marque la diferencia entre un niño con alteraciones en su comportamiento y otro con conductas adecuadas.

FUENTE | El manual de Supernanny, Ed: El Pais, 2007

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