lunes, 27 de octubre de 2014

ARTÍCULO | El síndrome de alineación parental

Este síndrome, más conocido por las siglas SAP, es cada día más frecuente en nuestra sociedad. Se cree que está presente en, aproximadamente, un tercio de las separaciones polémicas.

Aunque fue identificado como tal en 1985 por el psiquiatra Richard Gardner, todavía es una realidad desconocida por la opinión pública.


El síndrome de alineación parental es el proceso mediante el cual uno de los padres, normalmente con el que vive el niño, enseña al pequeño a odiar al otro progenitor con la finalidad de crear un rechazo hacia éste. La forma que tienen algunos padres de hacer daño a su expareja es a través de la manipulación de los hijos para que estén contra ella, no quieran estar a su lado o rechacen las visitas.

Realmente los grandes perjudicados de la situación son los niños, que se utilizan como objeto de manipulación constante por parte de uno de los padres, llegando a sufrir problemas tales como ansiedad, depresión, tics nerviosos, dolores de cabeza y, sobre todo, sentimientos de culpa. El SAP no sólo puede afectar durante la infancia, sino que también puede tener repercusiones en la edad adulta.

Algunos indicadores que nos pueden hacer pensar que el niño está siendo alienado por uno de sus progenitores son:
  • El padre custodio impide de forma constante que su hijo ve al otro progenitor. 
  • Insulta o desvaloriza a su ex cónyuge en presencia del pequeño. 
  • Utiliza ante el niño temas de pareja anteriores que nada tienen que ver con él.
  • Miente sobre el otro progenitor para generar en su hijo una imagen negativa de él. 
  • Subestima los sentimientos del niño hacia su otro progenitor. 
Aunque se han barajado teorías que apuntan a que el progenitor alienador puede estar sufriendo algún tipo de trastorno, por norma general es plenamente consciente de sus actos, se aferra a la idea de que no existe nadie que quiera más a sus hijos que él mismo y que, por tanto, no es necesario que mantengan contacto con el otro.

No es infrecuente que el alienador llegue a inventarse historias de malos tratos por parte de su ex pareja o incluso de abusos sexuales, con el fin de que el niño justifique su odio hacia él. Incluso puede entrar en batallas legales con el objeto de retirar el régimen de visitas pactado. Normalmente, el alienador no suele hacer mucho caso a las decisiones judiciales.

Un detonante para que un progenitor desarrolle conductas de alienación puede ser que el otro tenga una nueva pareja.

Indudablemente, el niño es el gran perjudicado en estos casos. Se debe velar por él, y que el SAP puede desencadenar grandes problemas emocionales o conductuales en el pequeño de una manera más o menos duradera. Un niño que sufre de SAP necesita de una intervención teapéutica que, obligatoriamente, cuente con la participación del padre alienador.

FUENTE | El manual de Supernnany (2007) Extracto

1 comentarios :

Una entrada muy interesante, Óscar. Gracias por compartirla. Un saludo.

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